Comportamiento Alimentario

¿Qué es la reeducación alimentaria? ¿Se puede hacer comiendo de todo?

Intenta preguntarle a alguien lo que significa reeducación alimentaria. La respuesta vendrá, probablemente, cargada de conceptos ligados a: contar calorías de la dieta, dejar de comer lo que te gusta, comida “sin gracia”.

¿Y si te digo que reeducación alimentaria no tiene nada que ver con eso?

La reeducación alimentaria ha sido percibida por muchos como una dieta en la que se incluye la demonización de ciertos alimentos, la obligación de sustituir todo por productos integrales, light o zero-grasa/zero-azúcar.

Según mi punto de vista, ese enfoque (nada saludable) nos aleja del verdadero propósito de la reeducación alimentaria: reorganizar nuestra alimentación y no someternos a ningún tipo de tortura.

Como estudio la conducta alimentaria, tengo la convicción de que reeducar está relacionado con cambiar hábitos. No se trata de someterse a regímenes extremadamente restrictivos.

¿Los nutrientes importan? ¡Claro que sí! Es sólo que no vale la pena establecer un límite de calorías bien rígido si no cambias tu manera de relacionarte con la comida. Si continúas viendo ciertos alimentos como recompensa y otros como castigo. Si sólo te impones una dieta para perder peso y no te preocupa realmente tu bienestar.

Entonces, ¿qué es reeducación alimentaria? Hacer las paces con la comida.

Para entender qué es reeducación alimentaria, te invito a dejar antiguas creencias. Dejar de lado el terrorismo que predica la cultura de las dietas restrictivas. Ese que esta haciendo que las personas esten cada vez más angustiadas a la hora de elegir lo que pondrán en su plato.

Es necesario liberarse de la culpa y rescatar lo que verdaderamente importa: el placer de comer. ¿Vienes conmigo?

¿Qué es la reeducación alimentaria?

Reeducación alimentaria es el proceso de reevaluar tus hábitos y conductas relacionados a la comida. Diferente de lo que dicta una dieta radical, que parte del principios de demonizar ciertos alimentos o grupos de estos (no comas grasas, no comas carbohidratos), la reeducación alimentaria apunta hacia una mejora de tu relación con los alimentos y la comida.

Algunas personas no quieren ni oír hablar de reeducación alimentaria precisamente porque creen que tendrán que someterse a grandes privaciones y todo para llegar a un dichoso peso ideal (impuesto por ellos mismo o incluso por profesionales de la salud). Sin embargo, la verdad es que la reeducación alimentaria puede llegar a ser la mejor estrategia para llegar a un peso saludable.

Las dietas restrictivas generan sufrimiento y frustración. Son imposibles de mantener en el tiempo, son casi como un castigo. Es más sensato pensar que al cambiar nuestros hábitos estamos cuidado de nuestra salud y bienestar a largo plazo.

¡Paciencia es la palabra clave!

Cuando el objetivo es adelgazar, es normal esa urgencia por resultados rápidos, casi inmediatos. Así tenemos los retos de los 7 días de extractos milagros aplicados como penitencia para entrar en un vestido o como castigo por los excesos de las fiestas de fin de año.

Nos olvidamos que para tener un peso saludable se requiere de hábitos saludables y mantenidos en el tiempo. Para que eso se haga realidad, se requiere de trabajo y paciencia. Un hábito se construye con una repetición sostenida de una determinada conducta.

Entonces, si creciste acostumbrado a tomar gaseosas todos los días con el almuerzo y la cena, será muy radical para ti que de la noche a la mañana almuerces y cenes sólo con agua. Este es solo un ejemplo. No tiene nada de malo tomarse un vaso de gaseosa, siempre y cuando, tengas una buena relación con los alimentos y lo hagas con moderación. Lo realmente hace la diferencia es que aprendas a disfrutar cada sorbo y gradualmente disminuyas tu consumo.

Recuerda que para incorporar la reeducación alimentaria en tu vida no necesitas hacer una lista de los que puedes comer y lo que no. Se trata justamente de lo contrario.

Es aprender a comer de todo de forma más mesurada, en paz, con consciencia y con placer. Incluyendo cada vez más alimentos in natura en tu rutina y disminuyendo los industrializados. No tiene que ver con fuerza de voluntad, tiene que ver con la repetición de buenas prácticas y que estas se conviertan en hábitos.

Orientaciones prácticas

Espero que a estas alturas ya hayas comprendido lo que es la reeducación alimentaria y puedes atreverte a poner en práctica algunos cambios. Te voy a dar algunos consejos que pueden ayudarte a construir tu nueva relación con la comida, en busca de un peso saludable y sin sufrimiento.

Come más comida casera

Poco a poco introduce el hábito de cocinar, ¡será muy bueno para tu salud! Esa es una de las mejores formas de reeducación alimentaria, porque, cocinando en casa, podrás explorar diferentes combinaciones y sabores. Y principalmente, tendrás tu comida fresca y a tu manera.

No me malentiendas. ¡No es que tengas que cocinar sin sal o sin ningún aceite! Divierte con los condimentos diversos que existen además de la sal. ¿Qué tal usar algunas hierbas frescas: laurel, albahaca, perejil, cebollita china, culantro? Prueba cosas nuevas, siente nuevos aromas y despégate de las mezclas listas de condimentos industrializados. Reeduca a tu paladar para apreciar sabores más naturales.

¿Quieres sugerencias? Dale una mirada a las recetas que tengo aquí en mi blog y verás que comer saludable no tiene nada que ver con morir de hambre.

¡Ah! Y si vas a comer fuera, procura escoger restaurantes que sirvan comida fresca. Eso ya hace una diferencia.

Reduce el consumo de azúcar

Noticia de última hora: ¡nuestro paladar es adaptable!

Entonces, sí, es posible reducir gradualmente el consumo de azúcar sin sufrir. Una de las formas en que lo puedes lograr es reduciendo el consumo de industrializados –estos contienen grandes cantidades de azúcar como tal y también formas de azúcares escondidos con otros nombres.

¡Atención! En esta premisa no estoy dando luz verde a toda cantidad de edulcorante que quieras. Se trata de reeducar tu paladar para que prefieras alimentos cada vez menos dulces, menos endulzados, sea con azúcar o con edulcorante.

El azúcar puede venir en comidas pero también en bebidas y aquí tocamos un tema que para muchos es sensible: ¡menos bebidas azucaradas y más agua! Con calma. Todo es gradual, ¿recuerdas?

Mencionamos bebidas azucaradas porque las gaseosas no son las únicas que tienen altas cantidades de azúcar innecesaria, también los jugos y tés que ya vienen listos para tomar. Poco a poco tu paladar se acostumbra y por supuesto que si te provoca una que otra vez, te puedes tomar tu gaseosa o tu jugo de caja, en paz y con placer.

Come de forma consciente

Intenta comer prestando atención a las señales que te envía tu cuerpo antes, durante y después. Esta es una de las premisas básicas de la reeducación alimentaria efectiva. Respeta tu cuerpo, reconoce tu nivel de hambre antes de comer y identifica en qué momento llega la saciedad para parar de comer. Te sorprenderá darte cuenta que necesitas menos comida de la que pensabas para llegar a sentir saciedad. Disfruta cada bocado, saborea, siente la textura, mastica lentamente, no te apresures, haz una pausa y decide si realmente deseas seguir comiendo.

La calidad importa más que la cantidad o el tamaño de la porción. Tu cuerpo merece variedad y que programes tus comidas. Eso te va a ayudar a administrar la distribución de tus comidas según tu nivel de hambre y saciedad a lo largo del día. Siguiendo estas orientaciones no pasaras hambre ni caerás en exageros.

Al implementar estos cambios en tu vida, puede que a las personas que están a tu alrededor también les provoque cambiar. Con tu ejemplo puedes motivar a tus familiares y amigos a probar nuevos hábitos. ¡Lo bueno se comparte!

Y si necesitas un empujoncito extra para cambiar o quieres entender mejor de que se trata este cambio en tu vida, te aconsejo que hagas mi curso online Efecto Sophie. En este encontrarás videos-clases, actividades y material que en un periodo de 6 semanas te llevara a reevaluar tu relación con la comida. Como ya lo dije, sin estrés y con placer. Parece difícil de creer pero es posible. 

Bon appétit!

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