Comportamiento Alimentario

¿Qué es y cómo tratar la compulsión alimentaria? ¿A qué médico debo ir?

Es normal comer demás a veces. De ahí surgen las clásicas y populares frases «ayer tuve compulsión», o “ayer me di un atracón”. Es importante entender que la compulsión o + ansiedad por comer compulsivo es diferente de una exageración puntual. ¿Qué es el trastorno alimentario compulsivo y cómo se trata? ¿ A qué médico debo buscar?

¿Cómo identificar el trastorno alimentario compulsivo?

Es muy diferente comer demás en una reunión familiar o un sábado en el buffet que tener una compulsión. Comer compulsivamente se caracteriza por la ingestión de una gran cantidad de alimentos en un corto periodo de tiempo (2 horas aproximadamente) aunque no se tenga hambre, sintiéndose ansioso por comer, con la sensación de pérdida de control y hasta sentirse incómodamente lleno. Incluye también la necesidad de comer a escondidas o a solas por vergüenza o miedo a los comentarios de terceros. La compulsión es la manifestación más severa de hambre emocional.

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Se engaña quien piensa que es falta de fuerza de voluntad, indisciplina o simplemente flojera.

En realidad, la compulsión alimentaria es producto de un disbalance en el cerebro que necesita tratamiento médico y puede tener como consecuencia un aumento excesivo de peso y una baja autoestima, además de un profundo sentimiento de culpa con cada episodio.

Las múltiples privaciones generadas por dietas restrictivas constituyen uno de los principales factores que aumentan el riesgo de presentar una compulsión, debido a un aumento del deseo por platillos que no deberían comer, generando frustración, estrés y depresión.

La inconformidad con la propia imagen corporal y la dificultad para lidiar con dilemas emocionales pueden desencadenar un episodio de compulsión. Es decir, impiden comer de forma tranquila e incluso pueden llevar al desarrollo de trastornos alimentarios..

Ahora que ya sabes de qué se trata, vamos a ver algunos consejos sobre cómo tratar la compulsión alimentaria? Primero busca un profesional de salud especializado para hacer el diagnóstico, en este caso, un médico psiquiatra. El tratamiento para comedores compulsivos es multidisciplinario con un médico psiquiatra, un psicólogo y un nutricionista.

Aprende cómo lidiar con el trastorno alimentario compulsivo: entenderlo es el primer paso

He separado algunos consejos para lidiar con la compulsión alimentaria, pero recuerda que es esencial hablar con un médico para tener un diagnóstico y tratamiento precisos.

1- Abandone las dietas restrictivas

Cuando restringes los alimentos con el próposito de adelgazar (aquí no estamos hablando de las restricciones debidas a una condición médica como alergia o enfermedad celíaca, por ejemplo), tu cuerpo responde aumentando tu apetito, así tendrás un mayor deseo por comer.
Lo hace como medida defensa y para tu supervivencia.

Pero, consecuentemente, aumenta tu obsesión por los alimentos «prohibidos» y el deseo de comerlos como «recompensa», esto aumenta el riesgo de tener compulsiones. Por eso, el primer paso para tratar la compulsión alimentaria es no hacer dietas restrictivas. ¡O sea, tienes que COMER!

2- No comas menos, come mejor

Muchas personas creen que para combatir la compulsión alimentaria es necesario controlar lo que comen y hacer restricciones. Sin embargo, comer bien no es reducir las cantidades, es tener la libertad de comer de todo, sin culpa, sin restricciones, con placer, escuchando tus emociones y de acuerdo a tu sensación de hambre.

Haz las paces con tu cuerpo, confía en él y tratalo con cariño. Come regularmente, distribuyendo las comidas proporcionalmente de modo que no pases hambre durante el día.

Aventurate en la cocina, descubre nuevos sabores, haz comidas caseras con condimentos naturales, prueba alimentos diferentes, disfruta cada una de las comidas … ¿Tal vez descubres un nuevo talento?

Alimentarse con gusto, calidad y respetando tu cuerpo, es una manera eficiente de reducir los episodios de descontrol durante el tratamiento de la compulsión alimentaria.

3- Pregúntate: ¿Tengo hambre?

Antes de alimentarte, analiza si realmente tienes hambre. Evalúa lo que está sintiendo. Escucha a tu cuerpo y a las señales de hambre y saciedad que te envía.

Hacer un registro diario de los que comes puede ayudarte. Coloca qué alimentos sueles comer, en qué horarios y lo que sientes a la hora de comer, angustia, tristeza, estrés… esto te ayudará a identificar tus emociones y a lidiar con ellas sin recurrir a la comida. Acepta tus emociones y respeta tu sensación de hambre. De esta forma seguramente tendrás menos episodios de compulsión hasta que gradualmente desaparezcan.

4- Aliméntate prestando atención plena (mindful eating)

Estar realmente presente a la hora de comer y prestar atención a lo que se come reduce la impulsividad al comer.

Esta impulsividad puede ocurrir por la falta de planeamiento, y contribuir a que se coma de manera rápida y sin prestar atención a las sensaciones de hambre y saciedad, síntomas esenciales para la regulación del apetito.

Intenta siempre utilizar estas técnicas:

Elije un ambiente tranquilo, come despacio, mastica bien los alimentos, explora nuevos sabores y siente satisfacción al alimentarte.

La atención debe estar enfocada únicamente a las sensaciones que la comida proporciona, sin criticar qué o cuánto se está comiendo.

¡Disfruta el momento, sin ansiedad, sin culpa y atento a tu cuerpo! Levántate de la mesa satisfecho, veras que te sientes más tranquilo frente a la comida.

5- Establece horarios para comer y trata de cumplirlos

El ayuno prolongado (o comer menos de lo necesario) es uno de los principales desencadenantes de la compulsión.

Para evitar esto, crea una rutina para las comidas principales (desayuno, almuerzo y cena) y, si te quedas con hambre, incorpora refrigerios o snacks en los intervalos dando preferencia a alimentos de buena calidad. De esta manera, evitas llegar al almuerzo o a la cena «muriendote» de hambre, lo que haría que acabes comiendo más de lo necesario.

Esta rutina refuerza tu confianza y te dará seguridad para comer lo suficiente durante el día. Dándote la tranquilidad necesaria durante el tratamiento de la compulsión alimentaria. .

6- Organiza tu semana

Un buen planeamiento te ayuda a organizar tus comidas en el transcurso de la semana, invirtiendo en calidad, y así disminuyendo el riesgo de comer alimentos no planeados.

Haz una lista de compras, selecciona los alimentos que le gusta comer, procura tener variedad e invierte en alimentos de buena calidad.

Esta organización es muy ventajosa para tener opciones listas y preparadas para cuando el hambre ataca y así, mantener el control durante el tratamiento de la compulsión alimentaria.

7- Realizar actividades divertidas

Descubrir nuevas actividades que te den placer, sin estar relacionadas directamente a la comida es una forma eficaz para disminuir la búsqueda de alimentos como recompensa durante el tratamiento de la compulsión alimentaria y también reducir la ansiedad.

Busca actividades variadas que pueden ser tan simples como salir a pasear con su mascota. Tal vez en el camino descubres que tienes un nuevo talento (danza, pintura, escritura) o que puedes apostar por actividades relajantes como el yoga o la meditación. Piensa qué te gustaría aprender y haz una clase de prueba. Además de divertirte y relajarte, la sensación de bienestar será maravillosa!

8- Busca ayuda profesional

Como dicho al principio del artículo: es muy importante buscar ayuda especializada, porque es muy difícil y peligroso tratar el trastorno alimentario compulsivo estando solo.

Se trata de un disbalance en el cerebro y nada mejor que un profesional para ayudarte con el tratamiento y en el proceso de reconectarte con tu cuerpo, mejorando tu relación con la comida.

Como hemos visto, tratar el trastorno alimentario compulsivo es algo muy complejo e involucra algunos cambios comportamentales que derivan de un tratamiento con un profesional especializado para mejorar tu relación con la comida y con tu cuerpo.

Y recuerda, sufrir una compulsión no es ser débil, es tener una pérdida de control que no depende de tu fuerza de voluntad!

Bon appétit!

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